domingo, 16 de marzo de 2014

"Hoy parecemos un equipo"


"HOY PARECEMOS UN EQUIPO..."


Frase con la cual un sacerdote le agradeció al termino de una concelebración a una feligresa que les había obsequiado estolas similares para la misa.

Es nuestro propósito que en la próxima misa crismal todos los concelebrantes puedan al termino de la misma irse con la idea de que son un "equipo".

Haciendo desde nuestra parte un importante esfuerzo en el trabajo proponemos en esta oportunidad una estola en tergal color marfil con las imágenes de Jesús Sacerdote de un lado y del otro la imagen que mas identifique al Obispado. El costo por unidad es de $ 180.- no importando cantidad mínima alguna.

La reserva del trabajo debe hacerse antes del 25 de marzo, abonando el 30% del total del pedido, y  el saldo se abona antes del 15 de abril fecha de entrega del mismo.

Nuestros teléfonos de contacto para cualquier aclaración son 4762-5966, 15-5928-0633 y 15-6148-2772. Al pie figura nuestro blog y desde ya cualquier consulta también por este medio
SAN AGUSTÍN
ORNAMENTOS LITÚRGICOS

miércoles, 5 de marzo de 2014

Miercoles de ceniza



La Cuaresma inicia con la imposición de la ceniza y la penitencia (ayuno y abstinencia). La ceniza se usaba ya desde el Antiguo Testamento como signo penitencial (cfr. Jb 42, 6), inspirándose en Gn 2, 7: "Dios formó al hombre con polvo de la tierra", y en Qo 3, 20: "Todos han salido del polvo y todos vuelven al polvo". En los primeros siglos del cristianismo la imposición de la ceniza era gesto del camino cuaresmal de los "penitentes". Pero a partir del siglo X fue común para toda la comunidad. Las fórmulas de la imposición de la ceniza se inspiran en Gn 3, 19: "Recuerda que polvo eres y al polvo volverás", y en Mc 1, 15: "Arrepiéntete y cree en el Evangelio".

La ceniza procede de los ramos bendecidos el Domingo de la Pasión del Señor del año anterior, siguiendo una costumbre del siglo XII. Los creyentes reciben o se imponen ellos mismos la ceniza en señal de arrepentimiento y penitencia, recordando que esta vida temporal, con todo y sus sufrimientos terminará, y que después de ella Dios nos invita a la alegría eterna del Cielo, para lo cual es necesario arrepentirnos, es decir, quitar las cadenas del pecado que no nos permiten avanzar, y creer en el Evangelio, que es Jesús, quien nos invita a vivir plenamente aquí en la tierra y eternamente en el Cielo, amándolo a Él y al prójimo.